Motivos y motivación.

La ciencia es una herramienta y como tal, no es buena ni mala, es neutra. Depende del uso que se haga para que sea lo uno o lo otro. Se puede estar a favor de la telefonía, la electrónica, la ingeniería genética, la medicina, la farmacología y del progreso científico-técnico en general y estar en contra de las prácticas antiéticas y monopolísticas de algunas empresas de estos sectores.

Lo que voy a expresar a continuación es una opinión personal y como tal puede o no cambiar con el tiempo.


EL PROBLEMA.

Cambio climático, islas de plástico de cientos de miles de km² flotando en medio de los océanos, inmensos verterderos electrónicos (provenientes del primer mundo) ubicados en países tercermundistas, deforestación de grandes selvas y bosques... La lista puede continuar hasta el hartazgo, qué voy decir que no se sepamos ya todos.

El problema de base es el consumismo. Una economía basada en el crecimiento infinito. Una sociedad que desea cosas que no necesita, que ha olvidado a arreglar y se limita a usar y tirar. El mundo económico suele pensar incorrectamente que su disciplina es una ciencia y que si el papel lo soporta, la realidad también. Pues no. Una economía basada en el crecimiento infinito en un mundo de recursos finitos es inviable. Puedo afirmarlo siendo un completo ignorante en materia económica. Tarde o temprano habrá que cambiar.

Todos estos problemas medioambientales (y otros) se ven agravados, en parte, por la cada vez menor duración de los bienes de consumo. De esto es de lo que quiero hablar a continuación.


DEFINICIONES DE OBSOLESCENCIA.

Antes de nada, explicar la obsolescencia propiamente dicha, o al menos, las definiciones típicas que podemos encontrar.

La obsolescencia programada es la planificación deliberada durante la fase de diseño, para que en un momento dado, el producto quede inservible y debas deshacerte de él.

La obsolescencia por moda, como su propio nombre indica, es pasar de moda algo para provocar en el consumidor el deseo de adquirir un nuevo producto.

La última es la obsolescencia tecnológica, por la que un producto queda obsoleto tecnológicamente. En esta el producto no necesariamente tiene por qué quedar inservible. Simplemente el producto queda obsoleto porque la tecnología que lleva está desfasada.


MI INTERPRETACIÓN PERSONAL DEL CONCEPTO DE OBSOLESCENCIA PROGRAMADA Y COMO LO APLICAN.

Soy consciente de la dificultad de demostrar fehacientemente la aplicación de obsolescencia programada. En muchas ocasiones la corta duración de los productos no necesariamente es consecuencia de una planificación de la vida útil, sino una consecuencia indirecta del abaratamiento de los costes de producción y materia prima que se salda con una baja calidad y durabilidad. Además el productor no tiene muchos incentivos para crear productos duraderos. ¿Quiere decir esto que no exista la obsolescencia programada?. No.

¿Cómo fuerzan al consumidor a volver a comprar entonces? Es una mezcla de empobrecimiento de los materiales y desincentivo del arreglo.

  • Empobrecimiento de los materiales.
La razón, suelen decir, que se intenta abaratar al máximo los costes de materia prima y del proceso de producción. Hacen lo que el consumidor demanda, y el consumidor demanda productos con una calidad que en ocasiones roza el insulto, a cambio de un menor precio. Algunas veces será así, no lo dudo, por eso incluyen piezas de mala calidad frente a otras de calidad superior. Pero, ¿es siempre lo que el consumidor demanda?, ¿cuánto porcentaje en precio supone el material respecto del total que paga el consumidor?. Pues en bastantes casos el menor porcentaje lo representa el material. Lo más caro son los recursos humanos, y a eso hay que sumarle los costes de producción, publicidad, margen de beneficios, impuestos, etc.

Es imposible demostrar que la razón por la que incluyen piezas de mala calidad sea la de provocar una vida útil más corta y no por reducir costes. Aun con todo, ralla lo absurdo cuando comprando productos de alta gama no obtienes mayor durabilidad, siguen utilizando la misma calidad y duración, solo ofrecen más prestaciones que, para colmo, no necesitas.

  • Creación de sus propios estándares y/o inexistencia de recambios.
Esto es la guinda del pastel. En sectores donde existe oligopolio es una práctica generalizada crear material con estándares extraños, medidas poco comunes, repuestos únicos y solo compatibles con su marca y/o modelo y, por supuesto, sus herramientas específicas y que solo sirven para esto. Crear sus propios estándares les permite desmarcarse de la competencia, sí, pero también ofrece mayor control sobre el consumidor al limitar o suprimir la oferta de recambios por parte de otros competidores, que podrían ofrecer mejor calidad y precio. Ademas esto propicia la obsolescencia programada. ¿Cómo?, cambiando de estándar y dejando de producir el recambio. Así de sencillo.

En muchos casos el cambio de compatibilidad no atiende a motivos de mejora tecnológica, o no hay necesidad de modificarla.

Esto se traduce en que cuando una pieza rompe (por el motivo que sea) el producto ya está obsoleto y es complicado encontrar repuestos, puesto que son muy específicos y no se fabrican. También existe la posibilidad de que directamente no haya disponibilidad de recambios, aunque el producto no esté obsoleto. La explicación a la inexistencia de recambios suele ser que no hay demanda. Si esto es cierto o no me da igual, lo que importa es que deja al consumidor sin opciones. Fuerzan a comprar un producto nuevo y esto no tiene otro nombre que obsolescencia programada, puesto que independientemente de que reduzcan deliberadamente o no su duración saben que cuando falle, estarás forzado a volver a comprar uno nuevo ante la imposibilidad de encontrar repuesto. Si en vez de crear sus estándares extraños usaran medidas universales se ralentizaría el desfase tecnológico. Siempre seguirán existiendo recambios universales en el mercado para otros fines, aunque nuestro producto esté desfasado tecnológicamente. Se que no es aplicable a todo, pero sí a multitud de casos.

  • El precio de algunos recambios.
Esto está estrechamente relacionado con lo anterior. Hinchan los precios de algunos recambios y piezas, de tal forma que, por poco más dinero, te planteas comprar el producto nuevo. Me ha pasado en varias ocasiones con el material de ciclismo, donde un plato grande y mediano valía casi tanto como un juego entero de bielas, con sus respectivos platos. Si fueran recambios universales no podrían inflar los precios artificialmente porque otro los ofrecería a mejor precio en su lugar. Tampoco podrían ofrecer un "pack de recambios" sin dar la posibilidad de comprar el recambio individual. Se aprovechan de una posición de privilegio en el mercado.


  • Diseños que dificultan el arreglo y complejidad innecesaria.
En algunos casos será la tendencia del mercado. La gente no arregla las cosas, por lo que muchos industriales no se plantean hacer diseños que faciliten el arreglo. Dicho esto, precisamente no pocas empresas usan diseños ilógicos y complejos que dificultan el arreglo o la sustitución de piezas, y se ve claramente que no hay excusa posible para estos diseños absurdos, por lo que aquí sí estamos hablando de una acción premeditada. Te fuerzan a comprar un nuevo producto. Intentan convertir productos con una potencial vida útil bastante larga en material fungible. Es obsolescencia programada.

Otro problema común es aumentar la complejidad del producto, ofreciendo toda una variedad de prestaciones innecesarias y tontas con las que hacer propaganda y autobombo. Aun encima de aumentar la probabilidad de fallo hace al producto más caro, difícil de arreglar, y en el caso de material de montaña y ciclismo, más pesado. Los sistemas sencillos normalemente, no siempre, son mejores en todo lo anterior. El consumidor demandará esta clase de productos complejos y saturados de prestaciones, pero tampoco ofrecen alternativa, y no pocos consumidores queremos un material de calidad, fácil de arreglar y con un funcionamiento sencillo.

Como conclusión personal, toda práctica que fuerce al consumidor a sustituir su producto por uno nuevo debería ser considerada obsolescencia programada, se pueda o no demostrar la reducción deliberada de su vida útil.


EL RECICLAJE.

Aunque reciclar desechos es mejor que enterrarlos bajo tierra o que acaben flotando en el océano, no sale gratis desde un punto de vista medioambiental. Reciclar tiene un impacto negativo, puesto que se precisan recursos energéticos para procesar todos esos desechos. No se puede mantener un ciclo eterno de producción-reciclaje y no puede ser una solución total y definitiva.

La producción de bienes tiene un impacto medioambiental mayor todavía, todo tiene un coste ecológico, por lo que una vez más, el grado de demencia en el que estamos inmersos no puede solventarse con el reciclaje. Hay que hacer productos duraderos y fáciles de arreglar.


LA SOLUCIÓN QUE NO ES SOLUCIÓN.

No es mas que una forma de resistencia pasiva. Cuando forma parte de un ideal, se aplica a todo lo que se puede, sea la tienda de campaña, el móvil, la bici o las zapatillas de andar por casa. Es una alternativa para no formar parte, en la medida de lo posible, de una locura colectiva.

  • Arreglando el material evitamos tirar ese producto a la basura, estamos alargando su vida útil. Estamos reciclándolo de verdad. Nos estamos negando a deshacernos de un producto que está en condiciones de seguir en uso. Muchas veces los recambios que ofrecen las casas para ese producto son una bazofia, así que si existe la posibilidad de utilizar recambios compatibles previstos para otros usos más extremos, podemos hacerlo.
  • Construyendo nosotros mismos, a parte de una enorme satisfacción personal, podemos:
  1. Adaptar el diseño a nuestras necesidades.
  2. Sobredimensionar o rebajar el producto, en base al uso previsto, peso y durabilidad.
  3. Usar materiales previstos para otros menesteres donde se precisa de mayor resistencia.
  4. Utilizar recambios de métrica en el diseño.
  5. Prescindir de todos los diseños y prestaciones innecesarias que añaden peso, complejidad y probabilidad de fallo.
  6. Desarrollar un conocimiento sobre el propio material que construimos, aceptando los posibles puntos débiles y cómo podremos arreglarlo en caso de fallo, lo que al menos para mi, que soy "un agobios" con el tema de la durabilidad, es un gran punto a favor.
Para terminar, y por no ser injusto (igual lo he pintado un poco negro), debo decir que se pueden encontrar en el mercado productos geniales, algunas veces antiguos y otras modernos que son resistentes, duraderos, funcionales, simples y fáciles de arreglar, aunque no fáciles de encontrar.

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